La Búsqueda de Posada

Día 7 Lecturas de Navidad, La Búsqueda de Posada, diciembre 22 (2024)

La búsqueda de posada es un episodio conmovedor en la narrativa del nacimiento de Jesús que refleja la humanidad y la necesidad de acogida.

Desde la perspectiva cristiana evangélica, este relato no solo narra el viaje físico de María y José, sino también la búsqueda espiritual de un lugar donde el Salvador del mundo pueda nacer.

En este artículo, exploraremos la profundidad de esta historia, resaltando su significado teológico y su llamado a la hospitalidad cristiana.

El relato comienza con María y José viajando desde Nazaret hasta Belén debido al censo ordenado por César Augusto.

Sin embargo, este viaje es más que una respuesta a un decreto imperial; es un cumplimiento profético y una demostración de la fidelidad de esta pareja al plan de Dios.

El viaje de María y José a Belén cumple con la profecía de Miqueas 5:2, que anuncia que el Mesías nacerá en Belén.

Este cumplimiento profético destaca la soberanía de Dios al guiar cada paso de este viaje hacia el cumplimiento de Su plan redentor.

En medio de las incomodidades y desafíos del viaje, María y José demuestran una profunda fidelidad a la voluntad de Dios.

Su disposición para enfrentar las dificultades físicas refleja una confianza inquebrantable en el propósito divino detrás de este viaje.

La Búsqueda de Posada

Al llegar a Belén, María y José buscan posada, pero enfrentan el rechazo.

Este aspecto de la historia resalta la condición humana de necesitar un lugar donde ser recibidos y acogidos.

Aunque Jesús, el Rey de reyes, venía a la tierra, no encontró lugar en la posada humana.

La posada se convierte en una poderosa metáfora espiritual.

En un sentido más profundo, representa el corazón humano que a menudo está ocupado por diversas preocupaciones y prioridades, dejando poco espacio para recibir al Salvador.

Ante la puerta cerrada de la posada, María y José enfrentan la adversidad.

Sin embargo, este evento también simboliza la condición de los corazones humanos que pueden cerrarse a la presencia de Cristo debido a la distracción, la indiferencia o la ocupación con las preocupaciones terrenales.

En medio de la puerta cerrada, surge la invitación divina a abrir el corazón.

Apocalipsis 3:20 presenta a Jesús de pie a la puerta y llamando: «He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo».

Esta invitación es una llamada a la comunión íntima y la acogida del Salvador en nuestros corazones.

Ante la falta de espacio en la posada, María y José encuentran refugio en un establo.

Este humilde entorno destaca la paradoja de la realeza divina que elige nacer en circunstancias modestas.

El establo, lejos de ser un lugar de desprecio, se convierte en el escenario donde la gloria de Dios se manifestará de manera sorprendente.

En el establo, María da a luz al Salvador, y el Hijo de Dios entra en el mundo en la forma más humilde.

La gloria del nacimiento de Jesús resplandece en la sencillez del establo, marcando el cumplimiento de las promesas divinas y el inicio de la redención para la humanidad.

La historia de la búsqueda de posada nos desafía a considerar la importancia de la hospitalidad cristiana.

En un mundo donde los corazones pueden cerrarse y las posadas pueden estar llenas, el llamado del cristiano es abrir puertas y corazones, extendiendo la bienvenida a aquellos que necesitan encontrar espacio para Jesús.

Esta historia no es solo un relato antiguo, sino una lección atemporal para nuestras vidas.

¿Abrimos la puerta de nuestro corazón a Jesús y a los demás, o está cerrada por las distracciones y las ocupaciones mundanas? La búsqueda de posada nos anima a reflexionar sobre la disposición de nuestro corazón para recibir al Salvador y para acoger a los necesitados.

La búsqueda de posada, más que una narrativa simple, es una invitación a la transformación de corazones.

María y José, a pesar de enfrentar el rechazo humano, encontraron el establo como un lugar donde la gloria divina se manifestó.

Que esta historia inspire en nosotros una apertura constante, no solo en la temporada navideña, sino a lo largo de nuestras vidas, para que podamos experimentar la plenitud de la comunión con el Salvador que está siempre llamando a las puertas de nuestros corazones.

¡Bendita sea la búsqueda de posada que nos lleva a la presencia del Niño Jesús y nos desafía a acogerlo en nuestras vidas!

El nacimiento de Jesús es un evento celestial que ha resonado a lo largo de los siglos como el corazón mismo de la fe cristiana…(seguir leyendo)

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